Geoingeniería: un método cada vez más efectivo contra el cambio climático

Cada año se investigan más diferentes técnicas de geoingeniería para buscar soluciones palpables que luchen contra el Cambio Climático

Mario Picazo

Mario Picazo

Los proyectos de geoingeniería se han convertido en una seria alternativa para luchar contra el calentamiento global y el cambio climático. Lo que hace unas décadas parecía ciencia ficción ha crecido rápidamente y hoy son numerosos los proyectos de investigación para poner en marcha lo que algunos expertos llaman ¨soluciones de futuro urgentes¨.

Las siempre controversiales técnicas de geoingeniería climática

Ya se están llevando a cabo experimentos en varios centros de investigación del mundo para probar el impacto que pueden tener proyectos de geoingeniería a la hora de frenar el cambio climático antropogénico.

Uno de esos proyectos implica desde hace ya varios años, hacer que las nubes sean más brillantes y reflejen más radiación solar. En Australia, por ejemplo, se trabaja en un proyecto que pretende preservar la Gran Barrera de Coral.

Su idea es usar cañones de agua para rociar la niebla desde los barcos. A pesar de las buenas intenciones ha habido muchas críticas sobre como estas soluciones exprés de geoingeniería podrían tener consecuencias climáticas inesperadas.

Las nubes bajas de tipo estrato, se extienden por amplias regiones tanto del océano Pacífico oriental como del Atlántico sudoriental. Si se aumenta su brillo reflejarían más radiación solar pero, los efectos podrían ser varios. 

Según algunos expertos, los efectos en esa región del planeta podrían llegar a ser similares a los observados durante el fenómeno de La Niña. Una buena parte de nuestro planeta se enfriaría, pero los modelos numéricos también muestran variaciones pluviométricas significativas

Las nubes abrillantadas pueden ayudar a reflejar una buena cantidad de radiación solar generando enfriamiento. Foto: Unsplash

Nubes que reflejan más radiación de lo que se había previsto

Un grupo de científicos de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido ha descubierto en un reciente estudio que abrillantar las nubes bajas que cubren los océanos puede aumentar el efecto de enfriamiento entre el 60 y 90%. Es lo que se conoce como ingeniería de nubes marinas y se lleva probando varios años.

Los modelos anteriores utilizados para estimar los efectos de enfriamiento se han centrado en la capacidad de la inyección de aerosol para producir un efecto de brillo en la nube, lo que a su vez aumenta la cantidad de luz solar reflejada hacia el espacio.

El método consiste en rociar pequeñas partículas, o aerosoles, en la atmósfera donde se mezclan con las nubes y con el objetivo principal de aumentar la cantidad de luz solar que las nubes pueden reflejar.

Aún no se entiende del todo bien el efecto de enfriamiento y las formas en que las nubes responden a los aerosoles. Por eso, el equipo de investigadores ha optado por utilizar una inyección de aerosoles de la erupción del volcán Kilauea en Hawaii para así estudiar las interacciones entre estos aerosoles naturales, las nubes y el clima.

La idea en este caso era demostrar que durante periodos de actividad volcánica, las nubes que cubrían la zona aumentaron en cobertura un 50%, generando un efecto de enfriamiento a nivel regional. Ese enfriamiento de 10.0 vatios por metro cuadrado, contrasta con los 3.7 vatios por metro cuadrado de calentamiento que causaría duplicar el dióxido de carbono a nivel global.

A pesar de ser soluciones palpables para frenar el Calentamiento Global hay mucha controversia con el uso de estos experimentos.
Foto: Unsplash

Las nubes brillantes como solución al calentamiento global

El autor principal, del estudio, el profesor Ying Chen afirmaba que el brillo de las nubes marinas podría ser más efectivo de lo que inicialmente se había calculado con modelos climáticos. Para Chen, el aplicar geoingeniería al problema del cambio climático debe considerarse como un «analgésico«, en lugar de una solución.

 En un futuro la investigación dará más pistas sobre cómo se produce y en que magnitud el impacto de los aerosoles en las nubes. Entendiendo mejor la física y química de estos procesos ayudará a encontrar futuros métodos para ayudar a descarbonizar la actividad humana.

El interés en la ingeniería de las nubes va en aumento en numerosos centros de investigación  en todo el mundo. Hay un equipo de investigación e innovación en el Reino Unido que acaba de lanzar un programa de investigación que busca informar a los responsables políticos sobre enfoques de gestión de la radiación solar. 

Por otra parte la Agencia de Invenciones e Investigación Avanzada (ARIA) se centra en la investigación de tecnologías para la gestión del clima y el tiempo. En Estados Unidos, un equipo de la Universidad de Washington ha llevado a cabo recientemente su primer experimento con  aerosoles al aire libre desde un portaviones fuera de servicio en Alameda, California.